Los rayos de sol y sus fascinantes reflejos en el mar te despertarán con un espectáculo muy poco usual en Galicia:
¡la salida del sol desde el mar!
Desde los ámplios ventanales de la galería del salón, desde la habitación da Adega, A Lareira y A Mariña, desde la escalera, la terraza mientras te balanceas tomando el sol, desde prácticamente toda la casa el principal protagonista es el mar, que te robará la mirada a la que te despistes.
De día, de noche, con sol, lloviendo, con tormenta, con viento.
Con barcos, con mariscadores, con pescadores, con paseantes, y con bañistas.
Delfines, cruceros, mercantes.
Niños, gatos, perros.
Traineras, regatas, piraguas.
Siempre hay algo interesante que contemplar, dejando que la vida pase ante tí, lenta pero llena.
Ferrol es la gran desconocida. Auspiciada durante la Ilustración bajo la influencia racionalista de los ingenieros que diseñaron los arsenales y astilleros de la Marina, es motivo hoy de candidatura a Patrimonio de Humanidad de la Unesco.
Además de la Ruta del Naval, también contiene destacados elementos arquitectónicos modernistas que la convierten en la ciudad Art Noveau de Galicia por definición..El trazado reticular del barrio de A Magdalena concentra la actividad comercial y administrativa de la ciudad, así como numerosos mesones en los que tapear y tomar unos buenos vinos, pues la ciudad es famosa por el fino paladar en cuanto a vinos se refiere.
Ferrol Vello es el enclave portuario que albergó el primer Ferrol, con el Muelle de Curuxeiras de principal protagonista. Muy recomendable la excursión en lancha a Mugardos o por la Ría, para arribar por mar a este bello puerto. El resto de Ferrol Vello lamentablemente en estado muy precario, bien merece sacar la nariz para sentir la decadencia atlántica de una barrio en ruinas, cual si un pequeño O Porto pasto de terremotos e incendios fuere.
A muy poca distancia de A Pousada do Mar podrás recorrer los faros, playas y acantilados de la escarpada, salvaje y desconocida costa de las Rías Altas, como por las carreteras de vértigo al Faro de A Candelaria o al Faro del Cabo Ortegal.
Los más altos acantilados de España (y algunos dicen que de la Europa continental…), en A Serra da Capelada, donde los caballos salvajes pastan a sus anchas y las aspas de los molinos de viento rompen la niebla en jirones.
San Andrés de Teixido, onde vai de morto quen non foi de vivo, mágico enclave donde los haya, donde deberás guardar cuidado de no pisar animales que se arrastren en sus inmediaciones puesto son las almas de los que no estuvieron nunca en vida y están peregrinando hasta que puedan ya seguir sus cursos las almas…
El Parque Natural de las Fragas del Eume, de los pocos bosques atlántico que nos quedan en España, (y cada vez más mermado), con sus duendes y mouras y su Monasterio románico de Caaveiro, así como el todavía más inesperado y surrealista Monasterio de Monfero. No te pierdas tampoco la Ruta Medieval de los Irmandiños en Moeche y Betanzos, ni las hermosas villas marineras de Cedeira, Redes y Pontedeume.
Por no hablar, que hablan por si solas, de las ciudades de Santiago de Compostela (95 km), A Coruña (55km), Lugo (75 km), las tres unidas a Ferrol por autopista.